Otra soberbia creación de
Marta Carrasco, que se sumerge en el alma de ocho mujeres distintas, unidas por
su fragilidad, su ingenuidad y su fortaleza a la vez. Nos sorprende con una
entrada inicial en la que se adentra en el patio de butacas fundiéndose en
abrazos con el público, pidiendo
complicidad y cariño, prisionero su cuerpo entre fajas, apretado su cuello por
un collarín. Imagen de mujer rota físicamente
y necesitada de cariño, y a la vez fuerte en su ser y sentir quebradizo, un cruce que recuerda a Frida Kahlo y Edith
Piaf.
Una vez de nuevo en el
escenario se desprende de cuanto la oprime, peluca incluida y su larga y esplendida
cabellera de pelo negro, se convierte en la protagonista de su nueva
coreografía, sentada, alrededor y encima de una mesa. La mirada de Marta Carrasco que constantemente busca
la del público, su expresivo rostro, te imanta, te abduce y te lleva por un
torrente de sentimientos y sensaciones.
El lenguaje sumamente
personal de Marta Carrasco, artista de referencia obligada en el mundo de la
danza y el teatro, es directo al corazón, al estomago, al alma. Te remueve y te
hace sentir sensaciones diversas, incontroladas, contradictorias, mientras ella
va jugando con su cuerpo, ya maduro pero potente y hermoso, con vestidos y
telas y vendas, vistiéndose, transformándose, jugando con las muy diversas
músicas (opera, canto gregoriano, dance, heavy metal, canciones tradicionales..),
hasta llegar al impresionante semidesnudo final en el que transmuta su piel llenándose
de barro ocre.
Una muy cuidada y variada
selección musical acompaña estas transformaciones de personajes femeninos con imágenes
de una gran belleza plástica. La mujer de cara vendada, sin rostro, como salida
de un cuadro de Rene Magritte, que va abalanzándose hacia el público sujeta por
la cola de un elegante vestido de seda rojo (mientras suena la versión de Gracias a la vida de Albert Pla), la
vuelta al útero materno (acunada por El
noi de la mare en la voz de Pau Riba), el Schwanengesang
de Schubert en la voz del tenor Thomas Quasthoff, que nos va preparando
para el impacto final, el Ave María también de Schubert, la melodiosa voz de
Joni Mitchell y su Both Sides Now..y
entre canciones los sonidos y tenues aullidos de cachorros caninos.
Con este espectáculo, nacido
después de cinco años complicados, Marta Carrasco ha decidido despedirse de la
escena como bailarina, aunque seguirá creando en la parte técnica. Perra
de nadie, se estrenó en el Festival Sismògraf, que se celebra en Olot
el mes de abril, y posteriormente dentro del Grec-2017 en la sala Hiroshima en
el mes de julio.
Es una creación plena de
Marta Carrasco (idea-guión-coreografías-selección musical y vestuario, junto a
Pau Fernandez), asumiendo la dirección compartida con Pep Cors y Antoni Vilicic.
Destacar también el diseño de iluminación de Quico Gutierrez.
Marta
Carrasco (Cardedeu, 1972), desde que comenzó su recorrido
independiente y en solitario nos ha ofrecido dos impresinantes e inolvidables
monologos, Aiguardent (1995) y Blanc d´Ombra-Camile Claudel (1998) y un
continuo de espectáculos con diversos colaboradores de notable calidad y
originalidad como son Mira´m (2000), Aixó si que no! (2004), J´arrive (2006), Bin&Go (2008), Dies Irae;
en el réquiem de Mozart (2009), No se
si..(2011) y Flowers (2013).
Muy interesante conocer su
página web, http://nartacarrasco.com
texto : ferranbaile@gmail.com
