Encara hi ha algú al bosc

informació obra



Dramatúrgia:
Anna Maria Ricart
Direcció:
Joan Arqué
Intèrprets:
Ariadna Gil, Montse Esteve, Òscar Muñoz, Magda Puig, Judit Farrés, Pep Pascual, Erol Ileri
Assesoria de moviment:
Carla Tovias
Ajudantia de direcció:
Carla Tovias
Direcció Musical:
Judit Farrés, Pep Pascual
Escenografia:
Xesca Salvà
Vestuari:
Rosa Lugo
Il·luminació:
Sylvia Kuchinow
Vídeo:
Tyler Franta, Erol Ileri
Sinopsi:

Encara hi ha algú al bosc és només una part d’un gran projecte (obra de teatre, documental i instal·lació fotogràfica) de l’equip de Cultura i Conflicte. Un minuciós treball de recerca i de creació escènica a partir de diversos viatges a Bòsnia i Hercegovina per donar veu a les dones víctimes d’aquest conflicte, i als fills i filles nascuts de les violacions que van patir. Una obra de teatre que també parla de la doble realitat del 1992: mentre l’horror ocorria a la mateixa Europa, Barcelona celebrava els Jocs Olímpics.

Crítica: Encara hi ha algú al bosc

19/01/2021

¿Quién queda en el bosque además del miedo?

per Enid Negrete

Una de las cosas más extraordinarias que nos puede dar el teatro es poder hablar de tragedias y horrores de la naturaleza humana, desde un punto inteligente y casi divertido, sin quitar la profundidad de los hechos.

Este es el caso de este montaje, inteligente, emocionante y con una visión crítica de hechos verdaderamente crispantes: la violación masiva de mujeres en la guerra de Bosnia, con la finalidad de que tuvieran hijos de la etnia enemiga. Los hechos, las consecuencias en ellas y en los hijos engendrados de esa manera, son los temas principales presentados por Anna Maria Ricart Codina en un texto valiente y comprometido.

El encargado de llevarlo a escena fue Joan Arqué Solà, con una estética desenfada y una capacidad enorme para acercarnos a la problemática desde el punto de vista más humano posible. Por su parte el elenco no puede definirse más que como increíble y homogéneo, capaz no solo de un enorme nivel actoral, sino de un precioso juego escénico, en algunos momentos hasta divertido, que incluía la música y sus propias historias personales.

Nos llevaron desde las olimpiadas de Barcelona, hasta los vericuetos más complejos de la psique humana que termina sobreviviendo al pánico de ser vigilada, acechada y violentada. Al horror de saberse hijo de una violación, al lógico pero antinatural rechazo de los hijos recién nacidos, al miedo latente siempre de que siga habiendo alguien escondido encargado de perpetuar esta barbarie o hacerla surgir una vez más.