La màgia, la fantasia i els ambients fantasmagòrics prenen l'escenari en la nova creació d'un artista que ha inventat un llenguatge únic i personal a força de combinar arts escèniques diverses. Sobren les paraules en un univers escènic on s'imposen la màgia de les acrobàcies, el moviment i els sons. Amb aquests elements, Thierrée construeix un relat tant adreçat als adults com a la canalla en el qual explora les relacions familiars, en una escenografia onírica que recorda un món de tecnologies anacròniques i invents futuristes d'un passat alternatiu.
Després de fundar la seva pròpia companyia el 1998, l'acròbata, músic, ballarí i comediant francès James Thierrée ha signat espectacles mítics com ara Symphonie du hanneton, l'inoblidable La Veillée des abysses (vista al TNC l'any 2007), Au revoir parapluie, Raoul (TNC, 2011) o Tabac rouge (que va obrir el festival Terrassa Noves Tendències l'any 2014), propostes plenes de màgia escènica en les quals combina el virtuosisme que reclamen les arts del circ amb la gràcia que exigeix la interpretació coreogràfica, tot embolcallat en unes atmosferes misterioses, malenconioses i al•lucinants. Ha rodat films a França i, en el camp del teatre, ha treballat amb grans noms de l'escena com Peter Greenaway, Robert Wilson i fins i tot amb el pianista i compositor Carles Santos.
Finalista a espectacle internacional al Premi de la Crítica 2017
Ha tardado en llegar pero por fin llegó, el ESPECTÁCULO (sí en mayúsculas) del Grec2017 será La Grenouille avait raison. James Thierrée volvió a cautivar al público que llenaba a rebosar la platea de la Sala Fabià Puigserver. A la entrada un enorme telón de terciopelo rojo tapa la magia, los ojos como platos nada más que “sube” el telón y se destapa todo lo que escondía. Un universo mágico se presenta ante nuestras miradas atónitas y desde ese minuto nos convertimos en niños inocentes curiosos de ver que nos depara en el minuto siguiente.
La grenouille avait raison es un espectáculo lleno de misterios. La rana de James Thierrée nos conducirá hacía un viaje subterráneo donde diversos personajes nos muestran estampas humanas llenas de curiosidad, revancha, traición, corazones rotos y todo con un toque de absurdidad y grandes dosis de surrealismo.
Un mundo de sueños; de aspiraciones, una bien grande: salir de donde nos confina el mundo; romper barreras interpuestas... Thierrée lo consigue, sus 90 minutos de belleza elevada al máximo consiguen que salgamos de nuestra vida, incluso por momentos de nuestro cuerpo y admiremos los seres y sus vidas que pueblan el escenario.
Lo que no es de este mundo es la manera de moverse de los personajes. Espectacular el movimiento corporal (sincopado) y el amplio abanico gestual de la compañía de Thierrée, todo un conjunto de técnicas a medio camino entre el mundo el títere y el hip-hop (robot). La grenouille avait la raison es una mezcla de teatro, teatro de gesto, clown, danza, circo y humor absurdo, todo en su justa medida, una composición de espacio y tiempo magnífica.
Sin palabras delante de lo que sin duda es una de las escenografías más impresionantes que he visto en un teatro (no operístico ni musical). Es un de esos montajes que se deberían ver dos veces, uno desde platea y otro entre ‘cametes’ para quedarse maravillado con los recursos técnicos que requiere el montaje. ¿Quién mueve todos los hilos y/o cables que se visualizan desde platea? Impresionante.
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