Una dona, Molly Bloom -la heroïna infidel de l'Ulisses de Joyce- en una nit d'insomni i estirada al llit al costat del seu marit, Leopold, que dorm profundament, deixa fluir lliurament els seus pensaments més íntims, En aquest discurs ininterromput passa revista al seu petit entorn vital, es recrea en els seus records, formula desitjos lascius, fantasies i somnis. Manifesta esperances i expressa els seus sentiments i opinions. Emergint la frustració o la resignació davant d'una realitat humana decebedora. El sentit de l'humor i l'erotisme embolcallen aquest soliloqui que ens apropa a una realitat femenina inquietant.
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La nit de la Molly Bloom adolece de la época en la que está escrito. Quizás estos anhelos, confesiones, recuerdos, fantasías y sueños en su día sorprendieron al público mientras que hoy pasan por nuestros oídos como algo de lo más convencional.
Y es esta convención la que lastra todo el montaje. Arturo Trias ha optado por la sobriedad en escena, un conservadurismo escénico que acaba por pasarle factura. El poder de la palabra no es suficiente para mantener al público en vilo. Se echa de menos un espacio sonoro más allá de la simple presencia del tren que Daniel Seoane no ha conseguido exteriorizar. Y quizás entre tanto sueño, la opción audiovisual de fondo hubiera sido un complemento ideal para cambiar el ritmo monótono en el que acaba cayendo el montaje.
Artur Trias, encargado también de diseñador el espacio, no se ha sabido acoplar a las características técnicas de la sala. Las dimensiones de la cama, sumadas a la alzada del escenario y la disposición de la platea hace que la mayoría de los espectadores se pierdan la función porque no logran ver la cara de la actriz. Grave error no pensar que todos los espectadores tienen el mismo derecho a ver en igualdad de condiciones la obra, independientemente de dónde elijan sentarse.
(...)Protagonismo absoluto para Àngels Bassas que, sin duda, es lo mejor del montaje. Su interpretación resulta más que notable, teniendo en cuenta que al texto le sobran años y le falta una más que necesaria actualización para quitarle alguna que otra frase que cae en la superficialidad y todos y cada uno de los clichés.
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