L’expressionisme visual de La Zaranda té una relació molt directa amb la memòria dels materials, restes d’antics naufragis. Ara s’acosten a uns cossos desnonats pels historials mèdics i l’herència genètica per reivindicar la capacitat del somni com a clau de llibertat. L’humor negre i tendre de La Zaranda burxa en la dimensió humana del dolor i ens convida a la reflexió sobre la vellesa i la mort. És per aquest teatre autèntic que La Zaranda posa El grito en el cielo. Habituals de Temporada Alta, tan estimats com admirats, ara la companyia arriba amb força de la Biennal de Venècia.
(...) El grito en el cielo es una tragicomedia con gran carga poética y una potencia poco vista en el terreno visual. Una extraordinaria iluminación del mismo Eusebio Calonge se funde perfectamente con el espacio escénico de Paco de la Zaranda y la música de Richard Wagner para convertir la oscuridad en momentos tétricos.
En la parte interpretativa encuentro algún "pero". Así como la parte del movimiento está genialmente representada, el exceso de repeticiones y las voces exageradas de los protagonistas para hacer reír a los espectadores caen en el esperpento más rancio. Todos hemos tenido la oportunidad de tratar con señores mayores y no conozco a ninguno que hable de la manera que lo hacen los protagonistas. No hacía falta que viniera el "cuñao" a escena.
No sé si en su huída han llegado al cielo o al infierno, pero yo les dejaría un tiempo en el purgatorio, para que limen las pequeñas asperezas y entren poco a poco por la puerta gran de los cielos.