Gola

informació obra



Direcció:
Oriol Pla Solina, Pau Matas
Sinopsi:

La nova creació teatral d’Oriol Pla i Pau Matas després de l’èxit de ‘Travy’

Oriol Pla i Pau Matas tornen després de l’èxit Travy, que va reunir en escena tota la família Pla-Solina. Juntament amb Pau Matas, han creat un solo a partir de les múltiples habilitats interpretatives de Pla, una barreja de text, dansa, slapstick, circ, clown, bufó i performance. Necessitat i vici dels temps actuals, el pecat de la gola és el tema escollit per retratar el consum compulsiu i altres mals d’una societat sobreexcitada i insensible al dolor. Una tragèdia capgirada per l’art del pallasso.

Crítica: Gola

05/12/2024

¡Queremos más!

per Imma Fernández

Alucinarán los que solo conozcan a Oriol Pla Solina por las pantallas, donde ha dejado huella en su vertiente dramática en éxitos como ‘Incerta glòria’, ‘El día de mañana’, ‘Girasoles silvestres’, ‘Creatura’, ‘Yo, adicto’… Consagrado como uno de los mejores intérpretes de su generación, aquí exprime, entre otras habilidades, la vena clownesca, que ya le hemos visto en escena (‘Be god is’, ‘Travy’). Saca al payaso herencia de sus padres, Quimet Pla, uno de los fundadores de Comediants, y Núria Solina, curtida en Circ Cric, entre otros. Con ellos y su hermana, Diana, compartió la maravillosa y entrañable ‘Travy’, que volverá en junio a emocionar al personal y a la que hace un guiño sacándole mucho jugo a una sandía. El actor se confirma como una auténtica bestia escénica transitando del texto al movimiento, del bufón al clown. Domina la palabra y el cuerpo. Hay circo, performance, slapstick… Lo quiere hacer todo y todo lo hace bien. Es un todoterreno espectacular. Y de fondo, una punzante crítica que encaja perfectamente con estas fechas navideñas de excesos y atracones. La vorágine de deseos propios y adquiridos.

Ante el enorme despliegue de técnicas y facultades que nos aguarda, el payaso inicia la función pidiendo disculpas a muchos. Lo hace con el cuerpo curvado de vulnerabilidad, timidez e inocencia. Pide perdón a su padre, por querer ser mejor que él; a su madre, porque sabe que esto no le gustará, a las gentes del circo y de la danza, a los del Institut del Teatre... Pocos podrán, como él, ocupar el espacio en un teatro y hacer lo que se le antoje. En esta primera parte introductoria, se lo toma con calma (a alguno se le hará un pelín larga). La tormenta llegará después.

Junto a él, una máquina expendedora de bebidas y ´snacks’, la causante del conflicto que derivará en una caótica explosión de glotonería. De un pequeño incidente, que nos ha pasado a muchos, sino a todos, monta un circo impresionante (las acrobacias también se le dan bien). Las risas llenan la platea, pero más allá de la diversión, pinta un retrato implacable de esta sociedad del consumo y del desenfreno. Engullimos la vida sin degustarla. Somos caprichosos e insaciables. Siempre queremos más.

La cuestión es que al payaso –ha sustituido la nariz roja por la frente roja- le apetece un donut, pero se le encalla en la máquina. Lo ha pagado y lo quiere. Su lucha por el deseado dulce le lleva a entablar una bronca con el técnico -voz en off-, con quien acabará empatizando. La máquina irá escupiendo uno a uno todos sus productos, menos el maldito donut. Se avecina ‘La grande bouffe’ de Marco Ferrari, algún banquete de Buñuel. Una bacanal gastronómica y artística. Un hilarante atracón. Pla se come el escenario y el público quiere más. Compartimos su glotonería. Todos pecamos de gula.

Como delicioso contrapunto, Pau Matas –que firma con el protagonista la dirección y la dramaturgia- aparece punteando la guitarra acústica subido a un carro. Al ritmo de otros tiempos. En un arranque de ternura y fragilidad, el payaso acabará confesándole sus miedos. “Quizá se ha hecho un poco largo”. “Algunos no han reído”, le dice. Pero pronto le vienen las ganas de seguir haciendo cosas. ¿Una canción? Los espectadores querrían más y es Pau quien le pone el freno. Maravilloso.