La gran comèdia romàntica de Shakespeare amb música de Cole Porter en directe.
Un Shakespeare en una versió contemporània inspirada en les pel·lícules americanes dels anys cinquanta. Una gran companyia d’actors i actrius que ens oferiran els secrets, els enganys i les traïcions d’una comèdia sobre la frontera entre l’amistat i l’amor.
Finalista en la categoria de musical. Premis de la Crítica 2015 Espectacle finalista en la categoria d'il·luminació. Premis de la Crítica 2015 Espectacle finalista en la categoria de vestuari. Premis de la Crítica 2015
Sonrisas a la entrada, sonrisas a la salida y unas ganas de bailar impresionantes como hacía tiempo que no tenía después de ver un musical, y la última vez fue en Londres. Y es que esta ciudad europea está en el pensamiento general después de ver el espectáculo, ya que por una u otra razón aquí (Catalunya) no estamos acostumbrados a ver un musical donde la escenografía sea tan impresionante como en Molt soroll per no res y donde además se combine con una magnífica selección de canciones, brillantemente acompañadas por coreografías. Es posible que los intérpretes canten y bailen a la vez. No, no estamos acostumbrados a que nos lo den todo, y no sólo una parte.
Sin duda haber escogido la ambientación de los años 50 es otro de los aciertos del montaje. Los colores, los estilos, la música es perfecta para acompañar un texto recortado de Shakespeare, donde sólo queda la esencia, de los líos amorosos, alguna traición por el medio, pero todo queda, como en cualquier buen musical, supeditado a la parte vocal.
Quizás lo que más shock provoca es ver algún que otro actor, no excesivamente acostumbrado a cantar/bailar, "dándolo todo" en el escenario. Y, sin bien es verdad, que tenemos mejores intérpretes vocales, se les llega a perdonar que alguno de ellos no llegue con suficiente precisión al tono que le tocaría. Maravillosos: Victòria Pagès, Albert Triola, Llol Beltran, Enric Cambray o David Verdaguer, pero reglón a parte necesario para Bea Segura y Aida Oset, dos sirenas que llenan el escenario de una luz muy especial.
Àngel Llàcer, Manu Guix y Marc Artigau firman una excelente comedia musical, y sin temor a equivocarme el que será el mejor espectáculo de la primera mitad de temporada y uno de los mejores musicales de producción y factura catalana (por no cogerme los dedos y decir el mejor) que hayamos visto.