Avui en dia, hi ha qui creu en Messi, Miley Cyrus o George R.R. Martin. Anna Moliner, Jordi Vidal i Andreu Gallén, protagonistes d’aquest espectacle concert, idolatren Eva Perón. Veuen en l’actriu i política argentina la figura ideal per purgar les seves ànimes. I, de la mateixa manera que tot bon cristià recita el parenostre, ells entonen el Don’t cry for me Argentina. Perquè només busquen en allò intangible una raó de ser.
I ho tenen clar: Requiem aeternum dona Evita. Teatre musical per alimentar amb humor una idolatria que potser no està tan allunyada de la realitat argentina.
El solo hecho de ir al teatro ya es un ritual que cada uno lo asume con una fe de diferente. Al final en la platea de turno somos un único aliento que respira al unísono a varias voces disonantes. Pero nada más entrar en la Sala Joan Brossa de La Seca nos damos cuenta que este ritual será diferente, hay quelcom en el ambiente que así lo indica.
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Bajo un recomendación fui a ver el montaje con Ivan Labanda como maestro de ceremonias. Y la verdad es que su presencia refuerza el carácter de cabaret con un toque de petardeo y un guiño a la comunidad LGTBI+. Labanda está sensacional, tanto él como Jordi Vidal llevan la voz cantante de esta misa pagana donde seguiremos los dictámenes de Eva Perón o a quién quiera que les de la gana a estos dos.
Las dotes cómicas y musicales de Ivan Labanda son de sobra conocidas para los musical lovers. Al igual que las de Jordi Vidal, que en Requiem for Evita, vuelve a demostrar un amplio rango vocal que deja pasmados a propios y a extraños. Pero la gran sorpresa del montaje es la vis cómica de Andreu Gallén que lo mismo sirve "para un roto que para un descosío".
(...)A Jordi Prat i Coll le compramos estampitas, cantamos cualquier himno que se le pase por la cabeza e incluso recibimos su peculiar comunión sin pestañear. Sin ser creyente de nada, acabas cayendo a los pies de esta peculiar fe y sin darte cuenta, sucumbes bajo el grito de guerra, "Jo sóc perona".