Federico García

informació obra



Producció:
Pep Tosar
Dramatúrgia:
Pep Tosar, Evelyn Arévalo
Direcció:
Pep Tosar, David Selvas
Intèrprets:
Pep Tosar, Jesús Carmona (bailaor)
Interpretació musical:
Jesús Guerrero (guitarra), Alba Carmona (cante)
Escenografia:
Pep Tosar
Il·luminació:
Pep Tosar
Vestuari:
Evelyn Arévalo, Leonor Caro
Ajudantia de direcció:
Evelyn Arévalo
Vídeo:
Agustí Torres
Autoria:
Victoria Szpunberg
Sinopsi:

El director i actor Pep Tosar ja va repassar la història personal i la producció artística de diversos poetes i cantants en muntatges teatrals com Tots aquests dois (sobre Guillem d'Efak), La casa en obres (Blai Bonet), Poseu-me les ulleres (Vicent Andrés Estellés) o Esquena de ganivet (Damià Huguet), entre d'altres.

Ara aplica la mateixa narrativa per repassar la trajectòria d'un dels poetes més llegits en llengua castellana, assassinat el 1936 a Granada durant els inicis de la guerra civil. Ho fa amb la col·laboració d'una guitarra flamenca (Jesús Guerrero), un bailaor (Jesús Carmona) i una cantaora (Alba Carmona).

Tots ells i el mateix Pep Tosar fent d'actor, combinen música, dansa i text en una proposta que revisa els moments més significatius de la vida del poeta i posa en relació les vivències personals i les obres compostes en cada moment. Completen la proposta les imatges en vídeo: d’una banda són paisatges lorquians i, de l’altra, un seguit d'entrevistes que analitzen la vida i l’obra del poeta rodades dins un tren que recorre el trajecte Madrid-Granada. Es recrea així l’últim viatge de Federico, que va portar-lo al tràgic final.

Crítica: Federico García

20/07/2015

Federico García, el viajero

per Juan Carlos Olivares

¿Qué más se puede decir de Federico Garcia Lorca? También se lo pregunta Pep Tosar. Quizá no se puede mucho más de lo mucho dicho, pero siempre se puede decir mejor. Es lo que hace Tosar en Federico García, una de sus filigranas escénicas dedicadas a los poetas. Un velo-pantalla para que otras voces entren en el teatro e interpretaciones en directo: lectura (Tosar) y música (la cantaora Alba Carmona, el guitarrista Jesús Guerrero y la percusión de David Dominguez). Esta vez también baile, la prestancia de Jesús Carmona; bailaor de taconeo firme y brazos como saetas.

Un retrato del artista que evita el tópico pegándose al niño que vivió en la huerta de Fuentevaqueros, al adolescente que llega a Granada, al estudiante que descubre el mundo en Madrid, al adulto que descubre Europa en Barcelona y a sí mismo en Nueva York y Cuba, para regresar a su primera tierra para morir sin quererlo. Un viaje que Tosar compone con un juego de espejos montado en un tren de Madrid a Granada: Lorca se hace viajero con los testimonios de terceros, de todos aquellos que le conocieron, le quisieron y le dejaron de querer, y legaron letra escrita de ese conocimiento, de los que formaron parte de su círculo familiar, de los que le han estudiado y admirado durante años. Para cada parada hay una música, selección exquisita que además de flamenco (La leyenda del tiempo de Camarón de la Isla), suena a andalucismo sinfónico (La canción del fuego fatuo de Falla), chachachá galáctico (L’home dibuxat de Sisa) y a blues (Strange Fruit de Billie Holiday).

La fusión de la palabra (sobre todo cartas y testimonios, poca poesía y casi nada de teatro hasta llegar a El público), imagen, cante y baile es impecable. Quizá no hay nada nuevo sobre Federico García Lorca, pero pocas veces lo dicho compone un retrato tan verdadero del hombre tras el mito. Vale la pena que estos tres días en la Sala Hiroshima tengan continuidad en temporada. 

Trivial