Filumena Marturano

informació obra



Intèrprets:
Clara Segura, Marissa Josa, Jordi Llovet, Eduard Muntada, Xavier Ruano, Josep Sobrevals, Sergi Torrecilla, Carla Vilaró, Montse Vellvehí, Enrico Ianniello
Ajudantia de direcció:
Albert Reverendo
Direcció:
Oriol Broggi
Escenografia:
Oriol Broggi
Il·luminació:
Pep Barcons
Vestuari:
Nina Pawlowsky
Caracterització:
Àngels Salinas
So:
Oscar Villar
Sinopsi:

Després de 25 anys de viure mantinguda per Domenico Soriano i múltiples negatives a casar-se amb ella, Filumena decideix fingir una greu malaltia per aconseguir que al llit de morta Domenico accepti contraure matrimoni. La casa és plena de metges i veïns, i enmig d’aquest ambient fúnebre arriba el capellà per donar-li l’extremunció i s’organitza el casament. Mentrestant, una jove amant de Domenico espera ansiosament a l’habitació del costat que Filumena traspassi… Però un cop casats Filumena Marturano s’aixeca del llit fresca com una rosa, i és aquí que comença l’espectacle.

Què ha empès a Filumena a muntar tota aquesta farsa? Perquè la seva obsessió per casar-se amb Domenico? I ell perquè portava 25 anys defugint el matrimoni? Aquesta és una comèdia d’embolics, secrets i intencions capgirades. Filumena és la protagonista d’un periple de vida que l’ha conduïda a enganyar, robar i aprofitar-se de Domenico, que sempre ha nedat en la opulència. L’esclat de la seva relació amorosa esquitxa a tothom qui els envolta i fins i tot a qui encara no els envolta. Tota la veritat és bolcada sobre la taula, però ja sabem que la veritat sovint és dolorosa…

Els aires d’Itàlia d’Eduardo De Filippo tornen a La Perla 29 per parlar-nos de l’amor i la venjança, de l’instint de supervivència i la petitesa humana. Un retrat a la napolitana on l’estima es posa a prova i ens recorda que l’amor és una força que a vegades rebota en direccions oposades.

Crítica: Filumena Marturano

08/09/2021

La parte de Dominico

per Juan Carlos Olivares

Los títulos marcan, sobre todo si señalan con nombre y apellido. Filumena Marturano lo deja bien claro. Suya es la comedia. Una mujer de casi cincuenta años, iletrada, amancebada desde hace un cuarto de siglo con un rico pastelero, que la apartó de la prostitución para dejarla en un cruel limbo social. Un pie en la apariencia de la respetabilidad, el otro en el ostracismo. Una superviviente nata. Refugio sexual de un pelele fatuo, gobernanta de la casa del amo, administradora de sus negocios. Un magnífico personaje que desde 1945 ha crecido con la ambición de las grandes actrices que se han ligado a su coraje. Como Clara Segura, que en sus papeles italianos trasmuta en la Magnani. No hay entorno dramático más idóneo para ella que la tragicomedia. Obras en las que se expanden las emociones más fuertes en todo su espectro. Entonces la Segura planta los pies firmes en el suelo y deja que un torrente de sentimientos caiga sobre el público. En la Biblioteca de Catalunya se cumplen todas las altas expectativas sobre la protagonista y su actriz.

Pero en el teatro lo interesante es toparse con lo inesperado. Aquí la sorpresa es Enrico Iannello. Él es Domenico Soriano, el castigador castigado de la obra de Eduardo De Filippo. Actor del napolitano Teatri Uniti, Iannello es de aquellos artistas que sin aparente esfuerzo recolocan las piezas conocidas para leer de otra manera el texto. Su Mimì es un manojo de inseguridades que con su lenguaje corporal parece contradecir todo el historial de milhombres que no ha hecho otra cosa que huir de sus responsabilidades, también las afectivas. Un actor que concita la atención desde su posición de satélite respecto al personaje central, sin cuestionar ese orden. Desde ese lugar el espectador empieza a pensar que también en este rol se produce una transformación. Una catarsis de digestión lenta. El llanto de Filumena que cierra la función es el gran gesto liberador de la mujer. Pero él también ha cambiado y con Iannello somos plenamente conscientes de esa transformación. Nos creemos que entre Filumena y Domenico existe la posibilidad real de una relación y de una familia basada en el reconocimiento mutuo.

Broggi, que incluye público y técnicos en el coro de la acción -actores todos de la comedia urbana-, organiza su dirección desde el dibujo de una constelación de personajes, aceptando de manera implícita una estructura de teatro a la vieja usanza, con sus jerarquías. Ese orden interno se exhibe y trabaja de una manera natural, como un diálogo con el pasado y el teatro de compañía estable que conoció el autor.